Tengo el recuerdo de haber visto nevar algún que otro año de pequeña pero una cosa normal, que daba para hacer un muñeco y tirar cuatro bolas y después no cuajar, como se decía, mucho más.
Las últimas veces que vi nevar fueron los dos años que viví sola en Bargas, además siempre lo hacía el día del cumpleaños de una de mis compañeras, era como un regalo.
Pero lo de este fenómeno dudo mucho que se vuelva a repetir, fue algo tan increíble, tan surreal que juntándolo con el peligro de una tercera guerra mundial, el coronavirus, los incendios, la cantidad de muertes, la pandemia, las avispas asesinas, el racismo, las manifestaciones, las inundaciones, los ovnis, la pobreza, las explosiones y no se cuántas cosas más parecía qué estábamos dentro de una peli protagonizada por Bruce Willis.
Al principio estaba muy emocionada porque mis niños disfrutarían un montón, salimos a hacer fotos y vídeos, después fuimos conscientes de los importantes destrozos, accidentes y pérdidas, algo realmente impensable.
No hay comentarios:
Publicar un comentario