Aury corazón sin mangas

Pedazos de piel que la luz de sol aún no toca (Shakira)

domingo, 28 de febrero de 2021

La leyenda de la fuente de la mora

Historias de Miralcázar nº 25.- LA LEYENDA DE LA FUENTE DE LA MORA. En aquellos años finales del Siglo X, Cabañas de la Sagra estaba irreconocible, para empezar el pueblo se denominaba IM YAZHAR, que significaba (la no aparecida), según la lengua Árabe, bajo este dominio y cultura, vivía todo el Reino Taifa de Toledo. Eran años de prosperidad, armonía y buena convivencia, entre las tres culturas que habitaban este Pueblo, la comunidad Cristiana llamada Kappanas, ocupaban los alrededores de la iglesia y villa romana. Los Judíos habitaban en un antiguo poblado llamado Ontalvan, situado en el camino de Magán. Y finalmente los Árabes, que habitaban en un poblado llamado Güendas, en el camino de la fuente. Es en este último poblado, donde vivían felizmente, la niña Fajar, de seis años, junto con su padre Yahya, viudo desde que nació la niña, por un mal parto. Su oficio de hortelano, les permitía vivir con cierta holgura. Poseían un amplio y cuidado huerto, en unos cerros donde manaba todo el año una fresca y abundante fuente, con la cual regaban los cultivos de Yahya y Fajar. Estos ricos productos eran llevados todos los martes, en un carrito y una mula a Toledo, para ser vendidos en el afamado mercado de Zocodover (Souq Alwahsh o mercado de la bestias). Mientras el Padre vendía, Fajar se iba a jugar con niños, por los alrededores del Arco de la Sangre, siempre junto a los niños, estaban dos soldados armados, cosa que sorprendió al padre, al ir a recogerla. Le dijeron, que entre los niños, se encontraba Ismail, sobrino y heredero del Rey Toledano. Éste, venía a tener una edad próxima a su Hija. Yahya se asustó y prohibió a Fajar juntarse con el Príncipe. De nada sirvieron sus advertencias. Fueron pasando los años y entre los jovenzuelos, nació un tierno amor. Todo iba sobre ruedas, hasta que el Rey les vio cogidos de la mano. Su reacción no tardó, hizo llamar al jefe de la guardia y le ordenó prohibir tajantemente la entrada de Yahya y su hija a la ciudad de Toledo, eso sí también dio orden de dar a Yahya, un permiso de venta, para el zoco de Yllescas. De pronto, una grave noticia recorrió la Capital: tropas del Reino Taifa de Sevilla, estaban invadiendo el sur del Reino de Toledo. El viejo corazón del Rey Toledano se resintió y sufrió un gran mal, que le obligó a permanecer en cama. Se reunió el Consejo del Reino y tomaron la decisión de autorizar el nombramiento del Príncipe Ismail como comandante en jefe de las tropas que habrían de luchar, para detener la invasión. Se ganó la batalla, pero murió el Príncipe heredero. Antes de partir para la guerra, Ismail dejo una carta manuscrita, que habría de ser entregada en mano, a su amada Fajar. A las pocas horas de saberse la mala noticia, partió un correo real, al poblado de Fajar, su padre le dijo al correo, que su hija estaba en el huerto, junto a la fuente. Hasta allá se llegó con su caballo y encontró a Fajar sentada junto al pozo, estaba anocheciendo. Fue entregada, la agorera misiva y el jinete, raudo marchó, picando espuelas. Ya sola y nerviosa, Fajar empezó a leer, decía así: SI RECIBES ESTA CARTA, QUIERE DECIR QUE HABRÉ MUERTO. NO ME BUSQUES BAJO TIERRA, QUE SOLO POLVO HALLARÁS, ESTARÉ SIEMPRE CERCA DE LA LUNA Y NO LEJOS DE LAS ESTRELLAS. Ya había anochecido, las lágrimas empapaban las mejillas de la chica. A Fajar le temblaba todo el cuerpo, se apoyó sobre el brocal del pozo, se asomó y vio una hermosa luna reflejada en el fondo y recordando la última frase de la carta de su amado Ismail, y pensando únicamente en reunirse con él, se abalanzó al pozo, donde feneció.

POSDATA: En ese mismo momento comenzó la Leyenda de la Mora. Posteriormente, nació una tradición. La noche del 23 al 24 de Junio, Solsticio de Verano, día más largo del año y San Juan, acudían nuevas parejas de enamorados de pueblos de alrededor a pasar la noche, hasta el amanecer (Fajar significa amanecer o aurora del alba). Ellos afirmaban y juraban que al amanecer de ese día, veían "personificarse" a la Mora, sentada en el brocal del pozo, con finos ropajes y peinando su negra cabellera, con peine de plata, como esperando la vuelta de su amado. Después ésta, desaparecía y veían salir del pozo un resplandor dorado, como si fuera polvo de estrellas que se elevaba hacía la luna, como queriendo cumplir un viejo deseo, de juntar dos almas enamoradas, que nunca debieron separarse...!!!
Autor del texto y portada, Juan-Carlos Rojas Martín.
Fotógrafo, Carlos Pantoja.
Modelo, Aurora Fernández.
Estilismo, Layla Saber.


























sábado, 13 de febrero de 2021

Sesión de fotos con caballos

Aquí os traigo la parte dos de las fotos, la verdad es que no se nos puede dejar solos a Carlos y a mi porque no nos cansamos y en una tarde podemos hacer trescientas y pico fotos... ¡Y todas me molan!

¡Prepara tu sesión de fotos con caballos! Será una experiencia inolvidable y el resultado muy satisfactorio, un bello recuerdo para siempre.

Os recuerdo que estos magníficos vestidos me los dejó mi amigo diseñador de moda José Sánchez, no pensé ponerme el negro porque no me cerraba de atrás pero a última hora ya cayendo la noche hicimos un apaño y la verdad que estoy encantada con el resultado ¿Qué opináis? ¡Qué bien que me lo puse! ¿Verdad? ESPECTACULAR.

                                         


































                                         


Muy interesado en comerse mi vestido 😁














Que bonitos, un poco antes de que empezara a morir España y nos encerraran a todos, mis gracias eternas a Michel. Hasta el próximo post.